La vida atraviesa cambios constantes; todos somos conscientes de ello y somos testigos de esto cada día. Las temporadas cambian, la naturaleza cambia y también lo hacen las personas. Así algunos de nosotros quisiéramos que las cosas se mantuvieran igual todo el tiempo, parece que no hay escape del proceso de cambio. Como el filósofo griego Heraclitus dijo una vez: «No hay nada permanente excepto el cambio. Nada es permanente excepto el cambio. La única constante es el cambio. El cambio es la única constante. El cambio en sí es incambiable».
En este artículo nos enfocaremos en la naturaleza de los cambios que le ocurren al yo humano. La mala noticia es: que atraviesa un cambio constante. La buena noticia es: que atraviesa un cambio constante. Todo depende de cómo lo uses. Por un lado, nunca permaneces igual , así que necesitas decir adios a tu antiguo yo. Por otro lado, siempre tienes la posibilidad de convertirte en una mejor persona, la persona que siempre quisiste ser. Tradiciones de sabiduría antigua, tal como el Budismo, ha hablado hace mucho del yo humano como algo que nunca es estable, sino continuamente cambiante.
Ahora, ya hasta la ciencia lo ha confirmado. Concretamente, Evan Thompson, un investigador y profesor de filosofía de la Universidad de British Columbia, ha confirmado recientemente que la enseñanza Budista de un yo constantemente cambiante es correcta.
De acuerdo al Budismo, el cambio es la única cosa constante en el cosmos, lo cual significa que no hay tal cosa como un yo fijo.
Los Neurocientíficos también dicen que el cerebro y el cuerpo humano están constantemente en acción o flujo progresivo, lo cual es un prueba de que no hay ningún yo estable.
Evan Thompson, va más allá diciendo: «Y desde una perspectiva neurocientífica, el cerebro y el cuerpo están constantemente en flujo. No hay nada que corresponda al sentido de que hay un yo no cambiante».La Neuroplasticidad, un concepto acuñado por los neurocientíficos, declara que el cerebro humano es flexible y capaz de cambiar. Esto significa que una persona puede cambiar su cerebro en muchos aspectos posibles, abriendo numerosas posibilidades para el desarrollo y crecimiento.
Este concepto puede ser increíblemente liberador. Por qué? Por que aquello nos asegura que no estamos definidos por nuestros propios pensamientos o por nuestra idea actual de quien somos. Teniendo esto en cuenta, nos encontramos con infinitas posibilidades de cambiarnos a nosotros mismos.
Esto también desafía la opinión común que está presente en el mundo occidental, en la cual las personas necesitan «encontrarse a sí mismas». En lugar de ello, la vida se trata de incontables oportunidades para el cambio continuo y el crecimiento.
«Nada es permanente. Todo está sujeto al cambio. Ser es siempre convertirse»
Sabios Budistas han estado enseñando por siglos que el universo y las personas están en un ciclo constante de cambio. De acuerdo al Budismo, entrenando la mente humana, las personas pueden aumentar su conciencia y convertirse en los maestros de su destino.
Esto es también por lo que el Buda habló mucho acerca de la práctica del «no apego». Si la gente se apega a algo, crean el deseo para que aquello sea fijo y constante, lo cual está en una directa oposición con las fuerzas del universo.
Y qué hay de la Conciencia Humana?
La Neurociencia ha estado mucho tiempo confundida por la conciencia. Los neurocientíficos no pueden explicar en este momento por qué o como la conciencia existe.
La tradición Budista, sin embargo, define la conciencia dentro de 3 áreas diferentes:
- está condicionada por las fabricaciones mentales (saṅkhāra);
- la conciencia y el cuerpo-mente (nāmarūpa) están en interdependencia; y,
- ésta actúa como una «fuerza de vida» por la cual hay continuidad desde un renacimiento a otro.
A medida que la neurociencia avanza, tal vez la enseñanza Budista también se demostrará correcta con respecto a la conciencia.
Si tienes alguna opinión con respecto a este tema, no olvides compartirla.
Namasté
Fuente original: sciencepunch
Traducción: TuDespertar